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miércoles, 13 de agosto de 2014


Un ambiente caluroso, el aroma a frijoles negros, a carne con papas y a ropa vieja. Una fragancia que huele a mango,  menta, a ron y limón y un perfume embriagador de mojito y daiquiri. Un revoltijo de sonidos de bongós y claves al grito de ¡me pegué! mientras un destartalado y ruidoso Chévrolet del 57 pasea su dignidad por las calles de La Habana  .  


Hablamos de ese milagro étnico y cultural llamado Cuba y de sus gentes, los cubanos. Mejor dicho, de sus buenas gentes. A veces un poco exagerados y fanfarrones. Otras, un poco ruidosos, pero siempre intensos, profundamente ingeniosos y amigos de los de verdad. 

Una isla que visitamos en el año 2006 y a la que estamos deseando volver porque difícil es visitar Cuba sin que un pedacito de nosotros mismos se quede para siempre en suelo caribeño. Y mientras nosotros encontramos un hueco para volver,  te proponemos 5 escenarios fotográficos que no deberías perderte si tienes decidido  visitar esta maravillosa isla.


1. Al ritmo de un son cubano.

Cuba es sinónimo de música. Sólo tienes que pasear por sus calles para poder ser testigo gráfico de tal aseveración. Cualquier cachivache se convierte en instrumento, y cualquier instrumento en un son. 
Y es que Cuba es un son en cada rincón.

Óyeme chico, ¿Y qué es el son?  .

Como dice la canción: "El son es lo más sublime para el alma divertir". Un ritmo alegre que propone cantarle a la vida o al "happening" en puritica jerga cubana.


El son es un producto del mestizaje afrocubano y español, sinónimo de ritmo y cadencia.  Es el género musical por excelencia en Cuba. 


Surgió allá por el año 1917, en Santiago de cuba y su origen se le atribuye a los ritmos africanos que los esclavos  trajeron consigo mezclados con los ritmos europeos de las familias que en aquellos años habitaban la isla.



Bongós, maracas y claves son el alma percusiva, una base instrumental sobre la que los autores y cantantes construyen historias patrióticas, políticas, humorísticas e incluso románticas. Pero todas ellas con un mismo sabor caribeño.



La evolución del son dió paso a la música salsa que actualmente conocemos en la década de los 60, cuando la música fusión estaba de moda en los EE.UU.




Pero el son no ha muerto, está más vivo que nunca y pocos son los pies que se han resistido a esos compases y a ese sabor tan peculiar que sólo el son puede brindar.  Así que ya sabes, como dicen por allí;  No cojas lucha y échale salsita a la vida.


2.- La vida es juego.

"Aprendamos de ellos a reír, a bailar y a cantar de nuevo. Despertemos al niño que tenemos dentro, errante por el bosque de los sueños" ( Carlos Cano sobre los niños cubanos).

Algunas de las sonrisas más sinceras las descubrimos durante nuestro viaje a Cuba. Los niños cubanos no serán ricos pero tienen cubiertas todas sus necesidades, aunque también es verdad que crecen en entornos que ofrecen pocas perspectivas de futuro.

Difícil es pasear por una calle sin ver a un grupo de niños jugando. Porque si algo caracteriza a la sociedad cubana es la presencia de los juegos tradicionales populares durante toda la vida. 

La vida es un juego constante. Desde que nacen jugando a dar palmas con “Las torticas de manteca, pa´ mamá que da la teta” hasta su etapa adulta, en la que las maratonianas jornadas de dominó son mucho más que un simple juego de mesa. 

Pasando por La Quibumbia, un juego parecido al beisbol o al mundialmente conocido “Que llueva, que llueva”. Y si queréis comprobarlo bastará  con salir después de un gran chaparrón para ver como el agua se convierte en uno de los mejores entretenimientos. Eso sí, no olvides coger la cámara. 




3.-¡¡ Me pegué!!

Difícilmente podrás pasear por cualquier barrio cubano sin tropezarte con un tumulto bullicioso alrededor de una mesa con cuatro taburetes jugando el deporte nacional por excelencia: El dominó.

El dominó es uno de los iconos que mejor representa al pueblo cubano junto a la palma, la caña de azúcar, el ron y el son. Tanto es así que ha desarrollado un tono de habla, una gesticulación y un refranero propios. 


Asistir a una de sus timbas es sinónimo de diversión. Y no es que el cubano sea tramposo, pero no es nada raro que desde el mismo momento en que se reparten las fichas, las cejas y los comentarios de algún jugador delaten por donde anda el juego:
"¡Ño!, estoy enyerbao", "Pues yo estoy en la playa, pa' que sepas"...

Aunque siempre habrá alguien que sermonee a los indiscretos jugadores recordándoles que, el dominó lo inventó un mudo. 


No puedes irte de Cuba sin ver y fotografiar una partida de dominó. Os  aseguramos que te enganchará irremediablemente  hasta que escuches el grito victorioso ¡ Me pegué ! que significa que el jugador ha logrado poner su última ficha sobre la mesa.



Tanto para los hombres, mujeres, jóvenes o viejos, el dominó no es un simple pasatiempo de mesa y prueba de ello es la siguiente historia que te vamos a contar:

¡Me pegué con el Doble Tres!



Cuentan que Dña. Juana Marín, fue una  anciana cubana que jugó al dominó con gran destreza durante toda su vida y para la que constituía una cuestión de honor ganar o perder una partida.El 12 de marzo de 1925 jugó su última partida. Cuando ya pensaba “pegarse”, otro contrincante le puso la última ficha, y al ver que no pudo colocar el doble  3 que tenía en la mano, sufrió un infarto que le costó la vida.

Según cuentan, después de muerta seguía sujetando en sus manos la ficha para asombro de todos los asistentes a la mortal partida.

Y fueron sus familiares quienes decidieron tallar en su tumba de mármol el fatídico doble 3  y la secuencia del juego en el momento del desenlace. Tumba que hoy en día yace en el cementerio de Colón.


4.- Reliquias sobre ruedas.

Sin lugar a dudas una de las fotografías más perseguidas por los turistas, es inmortalizar esas viejas glorias sobre ruedas de los años 40 ó 50 que aunque parezca increíble,  todavía siguen circulando por las calles cubanas.


Consecuencia  de una ley que prohibía la libre importación de vehículos, las calles de La Habana son hoy en día una exposición museística permanente de almendrones o coches antiguos. 




Los cubanos han sabido agudizar el ingenio  para mantener en circulación estas joyas automovilísticas a pesar de no tener repuestos originales. 

Y lejos de ser una estampa vintage anecdótica, lo cierto es que te los encuentras por todas las partes. Si bien es cierto que  una nueva ley de este año permite la libre importación de vehículos nuevos y puede acabar con este icono turístico. Aunque a juzgar por los precios, imposibles según los cubanos, parece ser que todavía tendremos Cadillac, Buick, Chevrolet, Plymouths y Studebakers con remiendos inverosímiles para rato.





5.- El arte cubano hecho cartel.

Algo en lo que uno repara al poco de aterrizar en suelo cubano, es en la cantidad de anuncios y carteles que hay estratégicamente distribuidos  en los lugares públicos de todo el país. 







Su objetivo no es otro que invitar a mirar y reflexionar sobre el mensaje que se quiere transmitir y contribuir a su divulgación. Suelen ser imágenes de gran impacto visual, algunas dotadas con grandes dosis de sarcasmo. Y si no,  juzguen ustedes mismos: 







Y hasta aquí, los 5 escenarios fotográficos que  tu objetivo no debería dejar escapar si viajas a Cuba. Luego no digas que no te avisamos !:-)


¡¡¡ GRACIAS POR DEDICARNOS TU TIEMPO !!!
Si quieres ver más fotos visita :














3 comentarios:

  1. Magnífico reportaje fotográfico y etno-cultural. He tenido la suerte de recorrer La Habana y conocer a sus gentes, oír su música, disfrutar de su alegría, de su labia...Lo has clavado. magnífico.

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    1. Muchas gracias Antonio por tu comentario. La Habana y Cuba en general tiene ese no se qué, qué la hace tan especial. Nos alegramos que te haya gustado. Un abrazo!

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  2. Emocionante, me alegro de que mi Cuba les haya llegado de esa forma tan bonita :)

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