Nuestro viaje a India llega a su fín...
Nuestro viaje a India ha sido intenso...
No hay sentidos suficientes para entender tanto caos, tanto bullicio, para discernir tantos colores, tantos olores, para disfrutar del roce de tanta gente, de tantas almas sin destino,
de tantos insistentes vendedores y de mendigos ávidos de ignorancia, de tantos niños sin futuro, de tanta parafernalia mística de dudosa veracidad, de tanta exhibición de rituales mortuorios impregnados en olor a carne quemada, de tantos sadhus que ofrecen buen karma a cambio de unas rupias, ...
...de tantos vehículos, tantas bocinas, tanta
contaminación, de tantas carreteras inacabadas que parecen llegar al fin del
mundo, de tantos guardias holgazanes que lo único que controlan es el tiempo,
de tantas vacas, tantos perros, tanta sarna, de tantos tenderetes, de tantos
puestos de frutas, de verduras, de especias, de guindillas, de flores, de
ofrendas, de cacharros, de tejidos, de saris, de raíces, de semillas, de
avalorios, de chatarra….
Todo esto y mucho más es India, … lo mejor es
vivirlo
JAIPUR – NUEVA DELHI – LONDRES - MADRID
16 de septiembre de 2010
08:30 suena el despertador. Ya no saltamos con la misma alegría, más bien nos tenemos que tirar de la cama y se nota que nuestra energía
ya no es la misma que hace tres semanas.
Hoy es nuestro último día en India y llevamos un cansancio acumulado a nuestras
espaldas que nos hace replantearnos si de verdad esto son vacaciones.
Hoy ponemos punto y final a nuestro recorrido de
tres semanas, pero todavía tenemos unas horas para poder disfrutar de Jaipur
antes de coger nuestro vuelo hacia la capital.
Y las necesitamos para hacer algunas compras de última hora. Alquilamos un rickshaw para ir a Banu Market.
Queremos hacer algunas compras de última hora, aunque lo único que encontramos son
persianas cerradas y algún que otro comerciante soñoliento que se resiste a
comenzar la jornada.
Así que podemos dejar pasar el tiempo hasta que el
mercado empiece a cobrar algo de vida o montarnos en nuestro rickshaw y
movernos a otro mercado, mucho más tradicional y que según nuestro conductor se
encuentra en plena actividad.
Nuestro objetivo es comprar algunas de las especias típicas del país. Hay una calle llena de puestos de especias. El azar escogió uno de ellos la verdad es que nos atendieron de maravilla. Todo un lujo de explicaciones y de detalles para que conociéramos un poco más de cerca como se obtienen los principales condimentos de la comida india. Pasamos un rato de lo más agradable, intercambiando risas y fotos impregnados de curry , pimienta y cardamomo. Hasta nos regalaron un cordón pulsera para cada uno, símbolo de la amistad nos dijeron. Nos miramos pensando que era uno de esos cuentos que tan diligentemente usan los comerciantes para meterse al turista en el bolsillo, pero nuestro conductor enseguida reparó en el detalle de nuestra muñeca y nos confirmó la misma historia sin que nosotros le preguntáramos por ello.
Una vez realizadas las compras pendientes,
tenemos que volver al hotel.
Ya en la puerta y antes de entrar nos cruzamos con dos hombres que Luis no pudo dejar escapar.
Cuando se dieron cuenta que estaban siendo fotografiados, enseguida se acercaron para intentar pedir dinero a cambio, pero en este sentido seguimos siendo muy estrictos. Una foto pagada, para nosotros, no tiene el mismo valor.
Ya en la puerta y antes de entrar nos cruzamos con dos hombres que Luis no pudo dejar escapar.
Cuando se dieron cuenta que estaban siendo fotografiados, enseguida se acercaron para intentar pedir dinero a cambio, pero en este sentido seguimos siendo muy estrictos. Una foto pagada, para nosotros, no tiene el mismo valor.
Protestan un poco, pero Luis se los camela
enseñándoles el resultado en la pantalla de la cámara. Les hace mucha gracia y
es una buena forma de conseguir que posen sin tener que pagar ningún impuesto
revolucionario. Acabaron echándose unas risas, y a la hora de posar actuaron
como unos auténticos profesionales.
Nos despedimos de nuestros improvisados modelos porque no podemos entretenernos más, todavía tenemos que cerrar nuestras mochilas, y queremos darnos un último chapuzón en la piscina.
Son las 14:00 horas y ya hemos puesto rumbo al
aeropuerto. Comienzan los trámites de facturación y embarque. A las 17:38 y después
de 40 minutos de vuelo estamos de nuevo en Nueva Delhi.
Luis tiene un dolor de cabeza impresionante y casi
no puede ni abrir los ojos, así que me confiesa que tiene ganas de cerrar los
ojos y despertarse ya en casa. Pero nuestro avión no sale hasta las dos de la
madrugada, así que nos dirigimos a coger un taxi prepago para ir al hotel que
hemos alquilado para medio día.
Volvemos al mismo barrio donde iniciamos nuestro viaje, pero a otro hotel, ( Hotel Singh Palace – 17€ habitación doble medio día ) mucho mejor que el otro, más nuevo, está recién reformado y el personal es muy amable. Qué familiar nos resulta ahora todo. Parece que hemos vivido aquí toda la vida aquí.
Una cama enorme nos invita a descansar, pero
preferimos castigar nuestros cuerpos hasta el extremo. Queremos subir cansados
al avión para dormir un poco y que el viaje de regreso se nos haga un poco más
corto.
Así que soltamos las mochilas y nos perdemos nuevamente por las callejuelas de Sadar Bazar. Paseamos tranquilos, disfrutando de la ciudad, despidiéndonos de todos nuestros compañeros de viaje y respirando las últimas bocanadas de aire contaminado mientras nos comemos una hamburguesa en Mc Donalds …
Dentro de 48 horas estaremos de nuevo en nuestra casa,
rodeados de nuestra gente, pero nosotros…. ya no seremos los mismos.
Si quieres ver más fotos visita nuestra web SIULER
¡Gracias por visitarnos!
Como siempre, espectacular, las fotos, el relato... me encanta y me habeis transportado a la India de nuevo.
ResponderEliminarBesos