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martes, 13 de diciembre de 2011





Varanasi,  Benarés, Kashi, la ciudad santa bañada por el río Ganges que está considerada como el principal lugar de peregrinación de los hindúes. 

Huyendo del vicio del misticismo, podemos afirmar que aunque no encontramos la ansiada paz interior, ni nos reencontramos con nosotros mismos, visitar esta ciudad no deja indiferente a nadie.    






 Varanasi es el alma de la India. En el río Ganges donde tú solo ves suciedad, enfermedad, contaminación y decadencia, los hindúes ven pureza,  salvación y vida. Solo conseguirás entender una cultura tan diferente e intensa como esta, si utilizas sus ojos  para ver todo lo que te llega a rodear, de lo contrario la experiencia puede resultar amarga y desoladora.








Conozcamos primero los tres principios fundamentales de la religión hinduista que posicionan esta ciudad en el punto de mira de todos sus practicantes. El primero promulga que todo aquel que muera en Varanasi, se libra del círculo de las reencarnaciones y consigue la salvación eterna.















Es por este motivo que muchos hindúes al sentir que su final está próximo, dejan su hogar y llevando a cuestas sus escasas pertenencias viajan durante días e incluso meses para llegar a esta ciudad en la que  pasar sus últimos días.














El segundo de los pilares reza que bañarse en el río Ganges purifica los pecados y el tercero que todo hinduista debe visitar al menos una vez en su vida esta ciudad santa.
Especialmente sobrecogedor resulta ver el escenario de fuego, humo y muerte que envuelve las constantes cremaciones que se realizan a orillas del río.













Aparentemente insensibles al olor a carne quemada y al macabro espectáculo, los familiares transportan al difunto en camillas de bambú hasta la pira funeraria donde iniciará su viaje a través del fuego. Un viaje que finalizará horas después en el río, en forma de ceniza. 




Algo mucho más sorprendente es la ausencia de escenas desgarradoras y llantos descontrolados. La tranquilidad y el estremecedor silencio que rodea las cremaciones impactan a cualquier espectador occidental. Pero lo que nosotros  podemos interpretar como una falta de emoción es solo un aspecto más de la fe hindú. Para ellos el final de esta vida, no es más que el principio de la siguiente. 

La magia en Varanasi nunca cesa...



                    ¡¡¡ GRACIAS POR DEDICARNOS TU TIEMPO !!!

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