>

lunes, 12 de noviembre de 2012

UDAIPUR - JAIPUR





... 21:30 horas, ya estamos en la estación de tren. Queda casi una hora para partir. El bullicio es constante. Habitual nos resulta ya el intenso devenir de gente y de bultos, habitual el caos, el insoportable tráfico, el agobiante calor y la axfisiante contaminación que hace que el aire resulte cada vez más irrespirable.  Y mientras esperamos a entrar, yo observo.      



Y observo cómo se repite la misma historia; cientos de personas se agolpan en las inmediaciones de la estación. Han vuelto a su hogar, a su dulce hogar, una fría acera en compañía de los suyos. Y observo cómo llega sucio y cansado del trabajo. Y observo cómo hoy no toca cenar, pero un beso a cada uno de sus hijos sacia esta necesidad. Y observo cómo se tumba sobre un cartón y cierra los ojos. Es el mejor final a un duro día.  
Todo nos resulta ya familiar, pero hay situaciones que aunque sean habituales, no dejan de conmovernos.





Es imposible que uno se acostumbre a ver tanta miseria por metro cuadrado,… imposible.



Pero si es posible que te afecte menos. Posible?, Sí, es posible.

Quizás enfrentarte cada día a la realidad de países como la India hacen que te endurezcas, que te autoprotejas, o que quizás tus ojos aprendan a desenfocar el fondo y ver con nitidez sólo aquello que no puede herirte, …..

Y a esto no lo considero mirar hacia otro lado, sino aprender a mirar desde otra perspectiva, la que te hace cambiar tu escala de valores, la que te hace recordar cada minuto que tienes que dar gracias por ser quien eres, por tener lo que tienes y la que te recuerda que tus problemas son insignificantes cuando ves que aquí sobrevivir es el único objetivo para millones de personas cada día.

Y mientras nuestra sociedad sigue inmersa en esta gran crisis, y no solo económica, sino también de valores, allí fuera hay otra realidad y tenemos la obligación moral de contarla,  porque fotografiarla... no podemos. 



Pero  nuestro día no comienza aquí…..
 




UDAIPUR - JAIPUR

13 de septiembre de 2010


08:30 ya estamos en pié. Últimos preparativos antes de cerrar nuestras mochilas. Hoy nos despedimos de Udaipur para poner rumbo a Jaipur, última etapa de nuestro viaje.
Pero vayamos por orden. El día comienza con un copioso desayuno a base de tortilla, fruta, tostadas y té masala mientras disfrutamos de las vistas que ofrece el restaurante. Unos negros nubarrones nos dan los buenos días y nos anuncian que hoy no va a ser precisamente un día tranquilo, así que tenemos que aprovechar cada minuto. Hacemos el check out. El hotel se marca un detalle y nos deja la habitación hasta la tarde para que podamos darnos una ducha antes de coger el tren. Sin lugar a dudas el Jagat Niwas Palace Hotel , es una buena elección para todos aquellos viajeros que hagan un alto en Udaipur. Totalmente recomendable, por la calidad del servicio, por sus increíbles vistas al lago Piccola y sobre todo por su ubicación en las tranquilas y céntricas callejuelas del barrio antiguo de esta ciudad.




Nos resulta extraño eso de poner un pié en la calle y no encontrarte inmerso en el caos del tráfico y las aglomeraciones de gente. En Udaipur se respira tranquilidad y eso invita a disfrutar muchísimo más de la ciudad y a explorar todos y cada uno de  los maravillosos rincones que ofrece.




Como nos temíamos, empieza a llover. Aún así no nos queremos ir sin intentar nuevamente subir al telecabina para contemplar las vitas de la ciudad. Un rickshaw nos deja en la entrada. Nada tiene que ver  con lo que nos encontramos ayer. Hoy es lunes y no hay apenas gente. El día, la verdad, tampoco es que acompañe mucho, pero aún así compramos los tickets que nos permiten acceder directamente al telecabina. Precio billete telecabina   i/v 33IR = 0.47€

Y tenemos que decir que realmente merece la pena. El paisaje y las vistas no defraudan y nos permiten disfrutar de la ciudad, de sus palacios y de todos los lagos que la rodean en toda su dimensión. Luis aprovecha para sacar alguna panorámica aunque la lluvia no da tregua y pronto nos obliga a regresar.




Nuestro segundo objetivo del día consiste en alquilar una barca en el lago Piccola y visitar los lugares más emblemáticos, como el Palacio del Lago. Pero el tiempo hoy no se quiere poner de nuestra parte y nos complica la mañana. Cada vez llueve con más fuerza, así que no nos queda otro remedio que pasar nuestras últimas horas en Udaipur practicando un poco de shopping. Estamos ya en la etapa final de nuestro viaje y todavía nos queda algún regalito que otro por comprar y Udaipur es un buen lugar para ello.

Estamos cerca del hotel, y decidimos que una buena opción es ir a comer allí, porque aunque resulte un poco más caro, se nota que estamos al final del viaje y pagar por comer bien empieza a ser más una necesidad que un lujo.


Y como el tiempo sigue revuelto, un masaje para aliviar tensiones y relajarnos un poco antes de subir de nuevo al tren se convierte en un atractivo plan. No han pasado ni cinco minutos y ya estamos tumbados en la camilla abandonándonos a estos pequeños placeres que uno puede darse a cambio de 15€ - 626 IR, masaje de 1.5 horas para dos personas. Dada la última experiencia en el tren yo necesito armarme de paciencia, así que más que respirar el incienso con olor a sándalo que envuelve la habitación, paso directamente a esnifarlo.
No ha sido de los mejores, pero sí que ha conseguido que nos relajemos y afrontemos el tenernos que meter de nuevo en el tren nocturno de una manera mucho más “happy”.



El tiempo vuela y tenemos que regresar de nuevo al hotel. Es hora de pegarnos una ducha y cerrar definitivamente nuestras mochilas. Antes de abandonarlo, un último detalle. Llaman a nuestro hotel de Jaipur para que vengan a recogernos a la estación. Inmensamente agradecidos nos despedimos definitivamente de su personal deseándoles suerte para el futuro. 



21:00 horas, tenemos que coger un rickshaw que nos lleve a la estación aunque necesitamos antes  comprar algo de picoteo para cenar.

21:30 horas, ya estamos en la estación de tren. Queda casi una hora para partir. El bullicio es constante ….

Una vez dentro , localizado nuestro tren y nuestro vagón, tenemos que buscar nuestros nombres en los listados que pegan con celo a la entrada, y volvemos a experimentar ese “uffff “ cuando comprobamos que todo está en orden. Con este viaje ponemos casi ya un punto y final a nuestro periplo de 21 días por India.



Hemos reservado de nuevo dos literas en 2ª clase pero esta vez dormiremos los dos arriba. Me niego a pasar otra terrorífica noche en guardia para poner orden a toda la fauna y no fauna que viaja con y sin billete y que hacen que una noche en tren pueda convertirse en una auténtica pesadilla a pesar de no cerrar los ojos.

Y si alguien se ha perdido uno de los capítulos más visitados de nuestro blog donde narro una de esas inolvidables noches que lleva por título: Como sobrevivir 18 horas dentro de un tren en India, puede leerlo pinchando aquí.


Acomodamos las mochilas, las atamos a las barras de las literas para evitar que alguien salga corriendo con kilos y kilos de ropa sucia.  Y retiramos todo el ajuar de sábanas, mantas y almohadas dignas de cualquier investigación científica de la que seguro se obtendrían asombrosos resultados. Aprovecho los últimos minutos para poner al día este diario porque una vez se ponga el tren en marcha va a ser imposible por aquello de que los trenes en India no van muy finos que digamos Ya lo he intentado, y aunque empiezas escribiendo en el diario puedes acabar en la pared,… y no es cuestión de manchar nada…..

22:30, con puntualidad británica el tren se pone en marcha. Si en algo hemos tenido suerte durante todo nuestro viaje es que no hemos sufrido ni un solo retraso, y eso nos ha permitido poder cumplir con nuestra planificación prevista. Comemos las cuatro chucherías que hemos comprado antes de subir al tren y no sabría decir si fue por el masaje, por el cansancio acumulado, por el enfriamiento o porque ya estoy completamente mimetizada en el ambiente. El caso es que no llego ni a escuchar la primera canción de mi mp3, tampoco a hacer  balance del día. Me quedo profundamente dormida hasta que noto que alguien me da un beso y me despierto sobresaltada. Es Luis, son las 05:45 de la mañana y estamos a punto de llegar a Jaipur.  


Si quieres ver más fotos visita nuestra web SIULER

¡Gracias por visitarnos!

0 comentarios:

Publicar un comentario